Es normal que con la edad de vez en cuando nos olvidemos de nombres o citas siempre y cuando después las recordemos. En cambio en la demencia, y particularmente el Alzheimer, en etapas tempranas aparecen olvidos de hechos recientes y aparece una dificultad para hacer nuevas memorias. La persona se vuelve más repetitiva lo cual es uno de los primeros signos que notan sus más cercanos.

Todos cometemos errores de ven en cuando al resolver algo o realizar un cálculo, sin embargo, alguien con Alzheimer comienza a presentar un deterioro gradual en la capacidad para desarrollar y seguir un plan, o al realizar cálculos aritméticos. Pueden tener problemas para seguir una receta, planificar las compras al supermercado, o pagar las cuentas.

Es común que algunas veces pidamos ayuda para programar la lavadora o alguna cosa en la TV, por ejemplo, pero lo que le ocurre a la persona con Alzheimer es la pérdida gradual para completar tareas cotidianas como llegar a un lugar que ha frecuentado antes, recordar las reglas de un juego muy conocido, o desempeñar actividades laborales que siempre hacía bien.

Algunas veces nos pasa que nos desorientamos con el día de la semana pero luego lo recordamos. La personas con Alzheimer en cambio olvidan fechas, estaciones del año y el paso del tiempo. También pueden olvidar dónde están y cómo llegaron ahí.

Con los años vamos perdiendo algo de agudeza visual, pero alguien que padece Alzheimer van perdiendo la habilidad para reconocer estímulos visuales como la escritura, les cuesta leer, juzgar las distancias y distinguir colores o contrastes. Por eso una de las primeras acciones tras constatar estas dificultades es que la persona deje de manejar.

Es común que nos pase no encontrar la palabra precisa al hablar, pero en el Alzheimer la afectación del lenguaje avanza gradualmente haciendo que la persona le cueste seguir el ritmo de las conversaciones, que no las comprendan o que repitan varias veces lo que dicen. También suelen intentar con poco éxito encontrar la palabra correcta o que llamen las cosas por un nombre incorrecto (como llamar al "cepillo de dientes" como "esa cosa como palito para los dientes").

De vez en cuando nos ha pasado dejar en un lugar incorrecto las llaves del auto o el control remoto, y eso nos ocurre por distracción, pero la persona con Alzheimer no recuerda dónde puso sus objetos y es frecuente que piense que alguien le está robando, lo que se conoce como "delirio de robo".

Nos ha ocurrido de vez en cuando tomar una mala decisión, pero la persona con alzheimer va perdiendo paulatinamente la capacidad del buen juicio y el razocinio. Por ejemplo, pueden regalar grandes sumas de dinero a desconocidos.

Todos nos hemos sentidos cansados o desmotivados, ya sea por el exceso de carga laboral o problemas de la vida diaria, sin embargo, quien padece Alzheimer va perdiendo la iniciativa para realizar actividades que hacía y le gustaban, se involucran menos en actividades sociales, en el trabajo, o reuniones familiares.

Es típico que con la edad la persona haya desarrollado rutinas específicas que cuando se ven interrumpidas le genera molestia e irrritabilidad, pudiendo enojarse. En cambio, la persona con Alzjeimer es frecuente observar un cambio de humor y de personalidad más general, pudiendo mostrarse confundidas, deprimidas, temerosas o ansiosas. Se pueden enojar fácilmente en diversos contextos como con la familia, en el trabajo y con amistades.